La bailaora Carmen Ledesma (Sevilla, 1956) considera una suerte «poder adornar con el baile a los monstruos del flamenco» y entiende que, “aunque sin la fuerza de cuando tenía veinte años, sí puedo escuchar mejor el cante y expresar con el baile lo que yo siento”. 
     Sabia, desde luego, y nada mermada de fuerza a pesar de la humildad y asimismo la flamencura de sus sinceras confesiones, Carmen Ledesma destaca actualmente entre las mejores referencias de la escuela bailaora sevillana. Por talento, y también por experiencia con otros «monstruos del flamenco». 
     La trayectoria de Carmen Ledesma se remonta a 1960, cuando debutó con sólo cuatro años. En 1983 se consagró con el Premio Juana la Macarrona en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Formó junto a Antonio Gades en el Ballet Nacional de España y en las compañías de Mario Maya, Farruco o Curro Vélez, entre otras grandes figuras de baile. 

     Tuvo por maestro al legendario Enrique el Cojo. Cantaron para ella Camarón de la Isla y Naranjito de Triana, Lebrijano o José Menese. 

     En 1986 participa en la cumbre Flamenca de Madrid con el espectáculo “Cantando la pena, la pena se olvida”.

Sus intervenciones en las Noches Flamencas del ciclo artístico los veranos de la Villa de Madrid son particularmente apreciados. Posee un amplio repertorio y es considerado hoy en día una de las intérpretes más significativas. Desde 1994 participa en los espectáculos de Pedro Bacán.

     Con una expresividad harmoniosa y sintética, Carmen Ledesma hace abstracción de todo aquello que no sea directamente la esencia del baile flamenco.

     Hoy en día, Carmen Ledesma es una de las más reconocidas maestras y intérpretes del la escuela sevillana, como lo avalan sus constantes viajes en toda Europa , Estados Unidos y Japón, dónde se le organizan varios “masters clases” , siempre abarrotados por una enorme cantidad de alumnos/as , deseosos de recibir ese aprendizaje de una auténtica maestra.