TOMAS      DE     PERRATE

    Tomás Fernández Soto (1964, Utrera, Sevilla) tiene esa raigambre jonda que lo mismo le permite estirar al compás unas bulerías que sacar el tono solemne de una soleá.
   Así lo aprendió de Perrate de Utrera y de su venerado abuelo Manuel Torres, o de parientes como El Lebrijano, Gaspar de Utrera, Pedro Peña y Dorantes, por citar algunos.
   Con todo, parece normal que reivindique a sus ancestros como creadores de lo jondo, aunque se siente contemporáneo, Tomás de Perrate prefiere aunar todas sus referencias en "Infundio", su último trabajo discográfico.

   Tomás de Perrate forma parte de una de las familias cantaoras de más raigambre, hijo de Perrate de Utrera y nieto de Manuel Torres. También está emparentado con El Lebrijano, Gaspar de Utrera, Pedro Peña, Miguel Funi, Dorantes... Desarrolló su arte dentro del ámbito familiar hasta que dio sus primeros pasos.

   En el 1.999 comenzó a prodigarse por los escenarios. Participó en el espectáculo "Raíces de luz" en el Festival Flamenco Mont de Marsan 2000, junto a otros artistas como Pepa de Benito y Manuel de Paula. Ese mismo año cantó en el Potaje de Utrera y en la Feria Mundial del Flamenco.

    Entró de lleno en el circuito andaluz de peñas flamencas, así como en los circuitos de flamenco por la provincia de Sevilla. Ya en 2001 asumió la dirección artística del homenaje que se ofreció a Perrate de Utrera en la Feria Mundial del Flamenco. Al año siguiente, obtuvo el galardón Giraldillo al Artista Revelación’ de la Bienal de Sevilla por su espectáculo „Campiña‟.

   Un año después represento al flamenco en la Universidad de Harvard junto a su inseparable escudero Antonio Moya, gran tocaor pero sobre todo gran apoyo en su carrera artística. También aporta su cante a las actividades del proyecto de promoción turística „Rutas del Flamenco‟ de Turismo Andaluz.

   Recientemente galardonado con el Mostachón de oro (máximo galardón Utrerano concedido a la trayectoria en el flamenco) demuestra que el cantaor sigue siendo una autentica referencia en el arte.

   CRÍTICAS:

   El cante sin red. “Perraterías” aúna el flamenco más rancio, en el sentido más popular del término, con acentos, roqueros y callejeros, urbanos...Tomas canta con mucho gusto, con guasa grande, vacilona y verdadera al mismo tiempo. …En “El Piyayo”, los tres están para comérselos: la voz de Perrate, enjundiosa y solemne pero sin pedantería, dándole al cante su lugar, su acento rítmico…las falsetas de Moya, pletóricas de melancolía y sencillez, y la batería de Ricardo Pachón Junior llevando la amalgama flamenca al poli ritmo californiano del rock progresivo de los años sesenta. Diario de Sevilla. por Juan Verguillos

   El joven Perrate desarrolla una amplia exposición de intenciones. Para ello no podía encontrar mejor aliado que su productor Ricardo Pachón que conjuga la pasión por los cantes rancios con la búsqueda de unas formas explosivas renovadoras en las que ha sido pionero y maestro. Sin ir más lejos, el disco evoca por momentos a ciertas grabaciones sesenteras por su frescura y atrevimiento. En definitiva un disco con muchos elementos para el goce tanto de la melodía metida por compás como por la frescura de algunos arreglos que la voz de Tomas hace flamencos. Gruesa y cavernosa, de innegables esencias gitanas y tan vieja que no parece salir de ese cuerpo tan joven. Diario de Cádiz. por Fermín Lobaton